Seguidores del blog.

martes, 7 de abril de 2015

Odio.

Como gritar en una habitación vacía.
Así podrías definirlo.
Es gritar hacia nada, nadie puede escucharte.
Porque ni si quiera sabes si quieres que lo hagan.
Porque tienes miedo.
¿De qué tienes miedo?
Tienes miedo de convertirte en lo que odiabas.
Tienes miedo de perder aquello que quieres.
Tienes miedo de confundir las estrellas con farolas.
En realidad, no hay tanta diferencia.
Las farolas iluminan la calle oscura;
Las estrellas, el cielo en penumbra.
¿Y a ti?
A ti sólo podía iluminarte un nombre.
O una canción.
Y sin embargo, sólo querías gritar.
En una habitación vacía.
Porque nadie podía escucharte.
Pero con escucharte tú misma bastaba.
Porque eras tú
la que necesitaba oírse a misma
a tu voz asustada
y quebrada
y triste
y sola
como la habitación en la que estabas.
En efecto, ahora eres lo que odiabas.
¿Lo mejor?
Que no te arrepientes de nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario