Llega un momento en el que necesitamos todo y sin importar cómo queremos conseguirlo. Pensamos que somos capaces de todo, incluso de lo imposible, y no nos damos cuenta de que algunas cosas no están hechas para nosotros.
Vamos desentonando en la sociedad como una cuerda de violín desafinada desentona en toda la orquesta. No sé vosotros, pero yo no tengo nada claro desde hace mucho tiempo. Me duele la cabeza de tanto pensar, de tanto preocuparme por todo. Creo que al fin y al cabo ese es el problema: darle tantas vueltas a las cosas. Al final, lo único que conseguimos es tener miedo de nosotros mismos, y convertirnos en lo que tanto odiábamos, en los monstruos que tanto despreciábamos. Todos somos monstruos. A nuestra manera. Criticamos a todo y a todos por ser diferentes a nosotros mismos. Siempre decimos: "oh, no, yo no soy como el resto de personas, yo soy distinta". Pero, ¿qué más da? Lo que ya no sea de tu agrado o no sea como tú quieres que sea ya no es bienvenido. Nadie, repito NADIE, sabe tolerar nada, de una manera u otra.
No todo es reluciente y cuanto más tenemos más queremos. He llegado a odiarme a mí misma profundamente, incluso más que a mucha gente que conozco. Me odio por vivir en el mundo en el que vivo, sin poder cambiar nada. Esforzarse, ¿realmente vale la pena? No, nada es tan fácil como lo pintan, subir escalones es cansado y corres el riesgo de tropezarte e incluso caer por el camino, ¿para qué? Para que cuando llegues a la cima no haya nadie, nadie que reconozca lo que cuesta subir esas escaleras.
Escribir, escribir y escribir. Cuesta pensar que sea tan complicado expresar un par de sentimientos con palabras. No es solo decir: "estoy triste, no quiero hablar". No, es esa falta de razón, de pensamiento y conocimiento acerca de nuestros propios sentimientos. Porque incontables serán las veces en las que a la pregunta de "¿Qué tal?" contestamos bien, cuando en realidad pensamos: "estoy fatal, y lo peor es que no sé por qué".
Y también llega ese momento en el que solo quieres cerrar los ojos, en el que no quieres saber lo que va a pasar mañana, en el que solo quieres desaparecer, sin darte cuenta del gran dolor que causaría ese hecho. En realidad, nunca lo sabremos. Pero ciertamente cuando esas cosas ocurran ya no seré tan consciente de que no he podido cambiar todo lo que he hecho. No seré tan consciente de lo estúpida que me he sentido tantas veces, de lo incomprendida que he estado cuando en realidad la felicidad estaba al alcance de mi mano. No era tan difícil ser feliz, solo había que intentar aparentarlo...
No sabes como te entiendo.
ResponderEliminarEs tan horrible querer desaparecer, odiarte, como eres, como te ve la gente. Las veces que has dicho porque no puedo ser como ella, ¿que me falta? y sin pensarlo me empece a odiar a mi misma y a la sociedad. Como tu bien dices somos monstruos a nuestra manera, algunos se rinden y se dejan manipular por otros, algunos intentan seguir adelante como pueden, otros se aíslan, que se podría decir que es lo que me ha pasado a mi, me he creado una burbuja durante años o durante el suficiente tiempo que para cuando abriese los ojos estuviese sola. Todo tipos de problemas he visto pasar por mi cabeza y todo tipo de lagrimas y gritos y ha presenciado mi cama. Y después te preguntas ¿de que te ha servido todo esto? Eres una estúpida. Hasta que en un momento te das cuenta que tienes que acostumbrarte a la situación sin fallar a los demás, es todo tan difícil. En el largo camino de la vida, pierdes a tus puntos de apoyo y a esas personas que realmente quieres, y piensas en el dolor que te produce, ¿si a ti te produce ese dolor cuando muere una persona cercana a ti, las personas cercanas a mi también sufrirán si yo me quito del medio? No hablo de amigos, no hablo de novios. Hablo de la familia. En realidad no estamos tan solos. Tenemos a gente cada día pasar por delante de tu ventana. Y si tan sola te sientes no es plan de quedarte aquí en blogger, delante de una pantalla que no te va a devolver las sonrisas que perdistes, no te va a devolver a los seres que querías, no te va a devolver a esas personas que con menos amor también querías y por cuestiones de orgullo o principios la perdiste.
Se lo que sientes. Yo lo siento cada día en mi cuerpo, en mi cabeza. Pero no se que hacer.
Y lee tus tweets, todo lo que estas pasando ahora con blogger, de no encontrar a nadie, de empezar de cero, a mi también me paso, y fue horrible, porque en la realidad las cosas tampoco me iban nada bien, así que si necesitas ayuda aquí estoy. Un besito.
Muchísimas gracias por tu comentario, jo. Me reconforta saber que haya gente que me entiende, aunque estén lejos y al otro lado de la pantalla. Pero por lo menos sé que estáis ahí. Muchísimas gracias, de verdad, yo también te entiendo, y sé que hay que afrontarlo todo con fuerza. Hasta que no podamos...
EliminarEn fin, un besito para ti también.
Madre mía..te entiendo muchísimo!! no se que escribirte, pero solo sé que me identifique un montón!
ResponderEliminarte sigo:)
Muchas gracias, me alegro de que te identifiques :)
Eliminar¡Dios! Escribes super bien, en serio. Tienes muchísima razón y me he sentido muy identificada, sobre todo con eso de que nos comemos la cabeza pensando en algo, y le damos mil vueltas.
ResponderEliminarPero no tenemos que aparentar ser feliz, ¡tenemos que serlo!
Me quedo por aquí, siempre que haya una nueva entrada estaré aquí para leerte :3
Un beso de panda,
Alba
Muchísimas gracias por seguirme y comentar, Alba :) Me alegra mucho saber que no sea la única que se siente así... es verdad, no hay que aparentarlo, hay que serlo.
EliminarUn beso :D